jueves, 23 de noviembre de 2006

Crónica de una vida sin alma

------------------------------
¿Qué era lo que estaba buscando? ¿Qué era? Sencillamente no tengo idea porque estoy aquí. Nada gano con regresar a este lugar. Sólo lágrimas y dolor. Mi vida estaba centrada en la tuya. Mi vida ERA la tuya. Y ahora que te has ido, me he quedado sólo.

Cuándo te vi por primera vez, sentada en aquel rincón de la habitación, creí que eras una alucinación como las tantas que había tenido. Nos presentaron formalmente y a partir de ese momento supe quién era yo.

Nunca pude comprender que era lo que decía tu mirada cada vez que hacíamos el amor, tal vez era repudio o pena por mí, pero ya no te acercabas. Tal vez tu cuerpo era mío pero tu alma…tu alma…

Luego, ese viaje…ese maldito viaje a París. “Me voy” dijiste tal vez tu tono fue suave y tierno, pero tus palabras fueron frías y distantes.

“Te esperaré el tiempo que sea necesario” contesté y tú sonreíste. Y desde ese entonces he estado esperando. Dime, ¿no me pudiste haber mandado aunque sea una carta, una palabra para decirme “adiós”? No quisiste hacerme sufrir por toda la eternidad, ¿verdad?

Y ahora me doy cuenta, apenas ahora en este habitación, que nunca hubo un nosotros. Un tú y yo. La ecuación más simple de todas.

Tendré que cambiar esa ecuación. Tendré que hacerla funcionar y no me importa cuantas veces tenga que renacer para verte de nuevo. Pero cuando eso suceda, dominaré tu cuerpo y tu alma… para siempre.


No hay comentarios.: